La adicción al juego o ludopatía, es una de las adicciones más difíciles de superar, normalmente porque no conlleva un deterioro físico o no afecta a nuestra salud directamente, con lo cual, desde fuera es más difícil de detectar y por tanto, una vez que nos damos cuenta como familiar, pareja o amigo, la adicción ya está muy arraigada en la persona.

El juego se convierte en nuestra actividad principal y el autoengaño nos dice que nosotros podemos vencer a la máquina y que cada vez que perdemos estamos más cerca de ganar. Recordamos la vez que ganamos y esa sensación es tan placentera, que buscamos desesperadamente repetirla, sin tener en cuenta todas las veces que podamos perder.

Cada vez necesitamos más dinero y entramos en un círculo vicioso del que no somos capaces de salir, porque gastamos más dinero del que ganamos.

No sólo jugamos para revivir esa sensación placentera cuando ganamos, sino que lo hacemos para recuperar la deuda que hemos generado. De este círculo vicioso, sólo, es casi imposible de salir. A partir de este punto, es cuando deben de intervenir los familiares y seres queridos, y sobre todo, los profesionales expertos en adicciones.

En cuanto a como podemos ayudar como familiares o pareja, lo que debemos de hacer es la gestión del dinero. Retirar todas las tarjetas, cuentas bancarias, hablar con el banco, para que no tenga acceso al dinero. Esta medida puede que nos parezca muy fuerte que, pero hay que tener en cuenta, muchas veces la adicción se produce por las deudas de juego que se producen.

Lo 2º procurar no dejarle sólo. Acompañarle a todos los sitios, porque no se va a atrever a jugar con otra persona delante.

3º Acudir a profesionales expertos para realizar un tratamiento de adicciones. El proceso de desintoxicación o deshabituación de esta adicción, como la cualquier otra, empieza retirando totalmente el estímulo e impedir que juegue, por eso a veces es preciso ingresar en un centro residencial durante unos meses o semanas, en un lugar apartado, donde sea imposible jugar (teniendo en cuenta que no sólo se puede jugar en un sala de apuestas, sino también desde el móvil a escondidas). Así superamos esta primera fase de desintoxicación física, donde manejamos el síndrome de abstinencia, porque le falta lo que le produce placer.

Esta adicción, en muchas ocasiones, también conlleva otras adicciones o malos hábitos como el alcohol, la cocaína, las bebidas energéticas para mantenerse despierto y trastornos alimenticios ocasionados.

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